La fe cristiana afirma que Dios creó todas las cosas. Esto es lo que significa la expresión hebrea «en el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Génesis 1:1).
En ocasiones se ha dicho que la teoría de la evolución de Darwin contradice la fe cristiana en la creación. En realidad, las verdades que encuentra la ciencia no se oponen a la fe. Lo que sucede es que la fe cristiana sostiene algunas verdades que van más allá de lo que los científicos pueden explicar. Piensa solamente lo siguiente: ¿por qué hay algo en lugar de no haber absolutamente nada?
¿Por qué existe un universo tan maravilloso como el nuestro? ¿Quién quiso que el mundo pudiera llegar a ser lo que es? ¿De dónde viene la belleza que observamos en la naturaleza? La Biblia sostiene que si hay algo en lugar de no haber nada, es porque Dios lo ha querido. Dios es el que puede hacer que lo que no es llegue a ser (Romanos 4:17).
Dios creó todas las cosas con el fin de tener una relación viva y amorosa con cada uno de nosotros. Contigo también. Como dice la Escritura: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él» (Juan 3:16-17).
Sin embargo, el mundo no refleja la gloria del maravilloso Dios que lo ha creado, ni cumple su plan. Ello se debe a que el ser humano tiene un problema que le aparta de Dios.